Carlota Badia

Mi viaje en el mundo del Yoga comenzó a tomar forma durante el confinamiento. Empecé a tener más relación con mi vecina, instructora de Yoga, y me invitó a practicar Jivamukti Yoga con ella en la terraza. Practicábamos mañana y tarde, cada día.
El Yoga me salvó. Me sacó de una depresión y ansiedad profunda causada por mi antiguo trabajo como diseñadora de moda. Jivamukti Yoga me liberó en vida, volví a nacer.
Durante esos pocos meses de confinamiento mi práctica avanzó muy rápido, en todos los aspectos y quería más. Y mi vecina no paraba de animarme para convertirme en instructora de Yoga.
Así que cuando apareció la oportunidad empecé a formarme en Jivamukti con su programa de 75H Spiritual Warrior en julio de 2020, seguí mi formación en el linaje con sus 300H, además de realizar paralelamente ella formación oficial en Hatha Yoga instruida por Happy Yoga.
Me quedé con ganas de más, quería aprender lo máximo posible, ver todo el abanico entro de posibilidades que nos ofrece el Yoga y salir de lo conocido, de la zona de confort, de modo que me aventuré en una formación de Kundalini Yoga de 200h también en Happy Yoga. Una experiencia muy gratificante a nivel personal que me ayudo a entender más. Durante el camino profundicé en conocimientos de Yin Yoga, Ayurveda y el canto devocional de mantras, que me condujo a aprender a tocar el harmonium.
En 2021 formalicé el JTAP 500H de Jivamukti, ya que sentía que es el linaje al cual pertenezco y el camino que quiero compartir con el mundo. A mediados de ese mismo año conocí una terapia energética llamada KAP (Kundalini Activation Process), y recibí mi
primera sesión. Antes de abrir los ojos ya sabía que quería conocer esta técnica, para poderla compartir con la gente.
Me fundí con el todo y la nada, sentí la energía en mí, Yoga. Todo lo que había leído y escuchado sobre textos antiguos era real. Somos conciencia pura y tenemos que recordar.
A finales de ese mismo año tuve la suerte de contactar con el hombre que canalizó esta energía por primera vez, Pi Villaraza, y formar parte de su escuela energética InnerDance durante 4 meses. También de formar parte de la primera promoción en la formación ERA
(Energía Resonante del Alma). Una formación creada por facilitadores de KAP e InnerDance.
Han sido 2 años llenos de conocimientos y experiencias increíbles, que me han ayudado a comprender, ver y sanar. Ahora el camino del Yoga sigue, no solo para seguir aprendiendo y sanando, sino para compartir y ayudar a la gente, con las mismas herramientas que me han ayudado a mí.